Normas de conducta del actor.

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Del libro “EL ARTE DE LA INTERPRETACION” de John Dollman Jr. (profesor de la materia en la Universidad de Pennsylvania) 

Nos dejan pasmados muchos actores o individuos que creen ser actores al ver como hacen agonizar al director e imposibilitan la vida a sus compañeros, desplegando actitudes que no cooperan con los ensayos. El actor que desee colocarse en la lista negra, sólo necesita insistir por poco tiempo, en una o más de las siguientes iniquidades.
   
1) Faltar a los ensayos sin permiso. En el teatro profesional esto significa una  multa o el despido. En un teatro independiente  bien organizado significa la pérdida completa de la confianza del director y el cese de ofertas de papeles.

2)    El - o ella- pueden ofrecer sutiles o egoístas excusas cuando al desatender dicen posiblemente no pueda ensayar el sábado por la noche, tengo que ir a un baile. Frases como esa (afortunadamente, quizás), han cortado muchas carreras teatrales florecientes. Los individuos que prefieren cualquier otra forma de placer al de la actuación, o aún al del ensayo, tienen perfectos derechos a preferencias, pero no tienen lugar en el teatro, como tampoco lo tienen aquellos que no saben apreciar la lealtad hacia sus camaradas, al faltar a los ensayos. No interesa la brevedad del papel, el actor debe recordar que los demás dependen de él, y pueden necesitar ensayar aunque él no lo necesite. No debe aceptarse un papel si no se sabe aceptar también sus obligaciones.
  
3)  No se debe llegar tarde a los ensayos. Este es un medio seguro para hacer al director aprensivo al temer que también llegue tarde a las funciones, haciéndole vivir agonizante la noche en que no pueda levantar el telón porque no es posible encontrar a alguien del elenco. A una jovencita de mi conocimiento que gritaba que era loca por el Teatro se le dio la oportunidad de ser probada en un papel. Llegó una hora después las pruebas.Es obvio agregar que no le dieron el papel.
   
4)  Hay que estar presente en todos los ensayos, pero no distraído, debiendo alguien sacudirte para recordarte su entrada.Si deseas enfurecer al director puedes contestar así  cuando te llamen. ¡Ah!,¿yo entro en esta escena?. ¿En que página está?. ¿Quien tiene un libreto?,el mío lo dejé en casa. O tomando un libro, abrirlo y comenzar a leer en una página que no corresponde.Una de las más inteligentes y encantadoras actrices independientes que he conocido y cuya colaboración era muy solicitada, fue  colocada en la lista negra porque no demostraba buena voluntad en los ensayos, aún cuando se realizaban, para su conveniencia, en su casa nunca se la encontraba cuando le correspondía entrar, debía detenerse y entorpecer el ensayo mientras  alguien iba a buscarla.
   
5)  No se debe reír o charlar en los laterales o en las cercanías del Director mientras este trata de conducir el ensayo.
   

6) No se debe abandonar en los ensayos, el personaje o la ubicación, cada vez que se hace una pausa o interrupción del Director. El actor que da muestras de su aburrimiento sentándose o encendiendo un cigarrillo cada vez que la acción se detiene, no quiere aprender a actuar, ni ayuda a los demás.
  
7)  El actor no debe convertirse en co-director ,indicándole al director o a los demás actores la mejor forma de hacer las cosas. Ningún director inteligente niega  una buena sugestión, ofrecida con modestia y en el  momento oportuno. Pero ni director ni actores pueden dejar de irritarse cuando otro actor interrumpe continuamente, en especial, con sugerencias para hacer más atractivo su propio papel, aún en  detrimento de los demás o de la obra.
  
8)  El actor no debe adoptar una actitud opuesta, de completo desinterés por los problemas del director. “Dígame que quiere y lo haré”. “No me preocupa, para mi es lo mismo”. Podría naturalmente aceptar las indicaciones del director, aunque parezcan equivocadas. Porque una cosa es cooperar con buena intención en el planteo del director y muy otra desechar todo interés o responsabilidad y asumir una actitud insolente o indiferente.
   
9) El actor no debe darse el gusto de brillar como una fiesta, gozando a través de los ensayos de sus propias morcillas, haciendo mofa de las mujeres, riéndose del director y desplegando gran virtuosismo de comediante en todo, meno en su papel.
  
10) El actor no debe marcharse a casa tan pronto a terminado de ensayar su gran escena, o interrumpir al  director en su momento más ocupado para decirle, “usted no me necesita más esta noche, verdad, sólo tengo tres líneas en la última escena y cualquiera puede decirlas por mi”.
   


La principal diferencia entre un director  profesional y un director aficionado es que el primero tiene libertad de expresar todo lo que siente con  tranquilidad, mientras que el infortunado director aficionado se ve obligado a observar con caballerosa restricción.